viernes, 30 de agosto de 2013

Existencialismo en una calle cortada.


Somos bestias hambrientas de presente.
Y nos drogamos
y nos amamos
para poder condurarlo.
Tal es la filosofía de jeringuilla
que barre nuestras calles más sucias.
Mantener el presente.
Detener el tiempo.
El deseo de sentir el presente golpeándonos
como se sienten las gotas de lluvia,
hasta hacernos sentir empapados.
He visto vagando depredadores de vida,
verdaderos cazadores prehistóricos,
en busca de un pinchazo más para sentir
el regalo de un momento.
Yonquis en busca de un minuto más de tacto
con el tiempo.

La existencia es como un cangrejo ermitaño que
renuncia a su sino de estirpe marina y
busca un lugar más pequeño conforme se hace más grande.
Más fuerte.
Es la inmensidad la que nos hace enanos.
La poesía nos hace enormes.
Buscamos la poesía para encerrar nuestra existencia y
nos hace volar,
nos convierte en proyectil y derramar sangre.
Nos aleja a través de vómitos pretéritos de la noche de ayer.
Nos abraza como una puta que se enamora
después de ser poseída hasta hacerla mierda. 
Nos atraviesa la existencia
y nos toma en un puño para lanzarnos al firmamento.
Nos choca con el futuro,
nos sienta en el presente
y nos planta en un filo con la muerte.
Y aún así,
bendita poesía que nos salva de los hombres
y nos hace hombres.
Bendita poesía,
que nos desarropa el miedo
y nos empuja a cabalgar por las calles
sobre el lomo del asiento delantero de una idea. 

Javier De Pablos


martes, 27 de agosto de 2013

Tres poemas.


No me atrevo a morir
enterrando un pedazo de carne sin cicatrices
pero aun con la peor cicatriz con la uno pueda irse:
la de no haber tomado cada puto segundo y haberlo estrujado,
apretado hasta que nos manche la mano y la existencia.
Con cicatriz de no haber torturado al aburrimiento
y la mortaja puesta de inanición por la vida.
Morir.
Sin haber prendido la mecha.
Sin usar el motor con la gasolina puesta.

Sin duda.
Lo más jodido de todo es olvidarse de vivir.
Conozco tantos que lo han olvidado.
Incluso aquél que más se jactó de saberlo hacer.
De disfrutarla.
De atravesarla con el carpe diem.
Para después huir de ella,
(si es que eso pueda hacerse en algún caso).
Ojalá nunca lo olvide.
Ojalá siempre encuentre algo que me recuerde de vivir.
Olvidarse de vivir es como morir.
O peor.
‘Estar’ muerto sin ‘haber’ muerto no es vivir
sino comprarse un pasaje de primera clase al infierno. 

Hay pocas putas como la vida misma.
Después de que puta sea, realmente, porque
solo algunos privilegiados se atrevan a acercarse a ella
para tratarla como merece,
al tiempo que mil sombras la observan con recelo y
la insultan,
la condenan.


jueves, 22 de agosto de 2013

JOHAN SEBASTIAN BACH – AIR ON A G STRING


Decadencia,
sucia furcia que lame los restos de amor
salpicados por una vida maldita
la que solo los héroes verdaderos pueden soportar.

La decadencia es furcia y compañera del arte,
la decadencia es la matriz
que lo engendra y lo pare.
Y el artista adopta al engendro
lo cría y lo amamanta de leche de experiencias.

La vida circula en autopistas,
algunos pagan los peajes,
otros solo van por carreteras secundarias y 
otros solo gastan gasolina.

No es la poesía otra cosa que los restos del mundo, 
los restos que se pegan al espejo
y que descubrimos al buscarnos 
a nosotros mismos. Al buscar ese reflejo 
que no sea nuestra imagen si quiera.

Vida, vida.

La vida es el trending topic del poeta.
Y es poeta aquel que recuerda la vida.
Que recuerda lo que cuesta.

La poesía no es quien hace al poeta,
Al poeta lo hace la vida lo hace a puños.
Hasta que escupe sangre y le quiebra los huesos.

La vida circula en autopistas,
algunos pagan los peajes,
otros solo van por carreteras secundarias y
otros solo gastan gasolina.




J. De Pablos

lunes, 19 de agosto de 2013

Cuaderno de silencios.



Eres la esclava de un sueño infinito. Despedazas tu carne y devoras tu alma. Después ¿qué más queda? Solo un sueño. Y gritar en la madrugada. Gritar hasta que revienten los pulmones. Gritar hasta que el mundo se pare.  ¡Gritarlo todo!

El dolor ha pintado demasiadas paredes de tu casa. Los sueños de las vidas que dejaste caminan por los pasillos como fetos sangrientos. Eres todo aquello que no quisiste ser. Pero estabas pobre de valor para improvisar otra cosa. La tristeza te arrastró en su caudal desesperado.

Pocas calles hay tan sagradas como las que vieron tu huida. Calles que observaban impasibles el asesinato. Tu suicidio sin muerte. Degollar la vida nueva y seguir con la antigua. Vida de esclava.

Sé lo que eres. Yo sí. Eres un ángel. Y vuelves. Tratas de llegar al lugar de donde partiste. Tu vida exige un regreso. Pero no hay camino. No hay señales. Y cada vez hay menos vida.



jueves, 15 de agosto de 2013

Mayo.



Es hora de regresar a las calles, que fueron nuestras,
de despertar con cariño a los adoquines.

Es hora de que el sol conozca nuestros rostros,
que, aun temerosos, digamos: sí, míranos.

Es hora de cerrar, una hora nocturna.

La hora en que la libertad se abraza a las calles,
se amarra a las aceras y se cuelga de las farolas.

Apagaremos su hoguera de nuestras memorias esta noche.

Nuestra hoguera es esta noche.

Es hora de que la verdad recorra los caminos,
de que despierte a su súbditos del letargo.

Hoy, la tierra será el cielo,
las personas serán el Sol.

Hoy, el amor huirá de su prisión
y nosotros limpiaremos su rostro ensuciado.

Es hora de ver la luz
y es hora de la vida.
De nuestras vidas.
                                                                                                
                                                                                              Javier.


                            El prisionero no es el que ha cometido un crimen, si no el que se aferra a su crimen y lo vive una y mil veces. Capítulo XVI, Sexus, Henry Miller.

domingo, 4 de agosto de 2013

A Hélène, aténtamente.



Hélène se ha ido de nuevo.
Puta la droga que la ata.
Otra vez se perderá por esas calles malditas,
infectadas del pecado que la llama.
Desgastadas sus botas por buscar su muerte,
                                              otra vez.
No quedará rastro de Hélène mañana.
Paga su droga con su vida.
Decidida, no abandona.
Hélène, no vuelvas, no vas bien.
Pero Hélène saca su mano y despide su vida.
Sálvate. No vuelvas.
Pero Hélène se enfada, entra y se adueña de mi cama.



Buscaré a los que buscan
 porque solo ellos esperan encontrar.

viernes, 2 de agosto de 2013

De miedos y demonios.



Debo confesar que tengo miedo.
No es un pánico hacia algo.
No es irracional ante algo.
Es miedo a la soledad y a mi mismo.
Es miedo a la compañía y a todos.
Es miedo a un 'después' desconocido.
Es miedo a que todo acabe,
miedo a que continúe.
Miedo al día y a la noche.
Miedo a no ser capaz de decidir.
Miedo a estar solo cada mañana.
Miedo a no poder dormir por la noche.
Tengo miedo a no poder compartir lo que vivo.
Miedo a estar demasiado ante la niebla, 
a que finalmente me trague.
Miedo a desaparecer.
Miedo a decir hola para decir adiós


jueves, 1 de agosto de 2013

Midnight Madness.




¿Alguna vez lo has sentido?
Sí, me refiero al límite.
El borde de la locura, 
mirar el fondo del vaso, ver tu alma.
Soñar la realidad.
Respirar odio.
Vomitar poesía.
Vivir agonizante.

¿Nunca te has sentido loco?
¿Nunca has sentido la tentación de olvidarte,
de dejarte en la acera,
tendido, a ver el desfile del mundo?
Yo sí, lo vi.
Para sentir la realidad debes sentir esa locura.
Has de arrastrarte por cloacas y tugurios
si vas a soñar con el nirvana.
No hay dios, no hay nada.
No temas: siente.

Tiene vértigo uno del otro,
el futuro del el presente,
la locura está en el medio.
Mediando, pariendo monstruos,
pariendo belleza y pariendo poesía.
Sí.
Es así.
La poesía es sangre de locura.
Es adivinanza del futuro que no llega a ser presente.
La poesía es infinita.


Javier de Pablos