sábado, 11 de mayo de 2013

En el camino de los días sordos (aviso número 1).


La vida son dos días, dicen. Yo te digo, no. No son dos días.
    La vida son dos mañanas de invierno.
        Una llueve.
            La otra no quieres comprobarlo.



    Ha llegado la hora de dar voz a los que nunca la tuvieron. La hora de dar la palabra al que apenas tuvo pan que llevarse a la boca. Ha sucumbido el tiempo del silencio y hay que celebrarlo. 
    Celebrémosnos sin dilación porque así somos y así seremos; al fin y al cabo, es al borde del abismo donde mejor se baila.


Javier de Pablos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario