Húndete en tu mierda y no salpiques.
Cada vez que salpicas
con tus actos
manchas a alguien.
Guárdate de tus errores.
Y también de tus virtudes,
protégete.
Suéltate
al vacío de una mente en blanco.
Cierra los ojos
pero no cierres tus neuronas:
piensa.
La vida no es aquello de lo que pensaste disfrutar
un día lejano,
un mañana.
No.
La vida fue cada uno de esos momentos
y los dejaste escapar.
De todas esas decisiones
que debiste haber tomado,
y no temido.
Esos trenes que miraste pasar.
Esos besos abortados que se agarran a tus tripas.
Pese a todo: recuérdate,
no te olvides.
No te pierdas.
Perder la guerra te golpea y te endurece.
Te hace fuerte.
Javier DePablos
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